domingo, 29 de septiembre de 2013

La aventura


El verano es un momento propicio para la aventura. Cuando nos vamos de vacaciones a otros sitios, ya sea una ciudad distinta, el mar o la montaña, nos encontramos ante un entorno que tenemos que descubrir.

En nuestro recuerdo como niños nos quedan los relatos de aquellos grandes exploradores que se adentraron en el corazón de África buscando las fuentes del Nilo, Livingston y  Stanley.

También, la carrera entre Amundsen y Scott por alcanzar el polo sur en el año 1911. Nos quedamos con la anécdota de la utilización de perros de nieve por Amundsen que le permitió llegar primero.

Shackleton fue el tercer explorador en discordia por la lucha del polo sur, pero no  participó en la competición directa de diciembre de 1911. En el año 1914 emprendió el reto de atravesar el polo sur de costa a costa.

En los ámbito empresariales, Shackleton es conocido por el anuncio que se le atribuye publicó para captar a la tripulación y miembros de su equipo al que contestaron más de 5.000 personas.

“Se buscan hombres para viaje peligroso. Sueldo bajo. Largos meses de completa oscuridad. Peligro constante. No se asegura retorno con vida. Honor y reconocimiento en caso de éxito”.

Esta expedición tras-antártica acabo durando casi dos años debido a la rotura del barco con el hielo que supuso el tener que llevar a cabo una lucha por la supervivencia al desplazarse a la deriva el bloque de hielo en el que se atascaron.

Esta deriva llevó a Shackleton a tener que realizar un viaje de 1.300 kilómetros en una balsa de salvamento de 7 metros de eslora en uno de los mares más peligrosos que existen para alcanzar una estación ballenera.

Esta capacidad que tuvo Shackleton para salir de una situación tan adversa, como también ya lo hizo cuando alcanzó la máxima latitud alcanzada en el año 1909, le ha supuesto ser un modelo de líder que es capaz de cuidar de su equipo.

Distintos autores e instituciones le han puesto como ejemplo empresarial por su liderazgo enfocado en las personas y su capacidad para dirigir equipos en situaciones adversas.
En la carrera para llegar al polo sur, Amundsen fue el ganador por el uso de una estrategia y tácticas que le propiciaron el poder realizar el viaje más rápido y con las provisiones suficientes.

Utilizó un equipo más ligero (5 hombre frente a 16) utilizando los perros de nieve y los esquís como método de transporte, mientras que Scott utilizó caballos y marcha a pie sobre la nieve.
Además, Admunsen estableció un sistema de aprovisionamiento en la ruta más eficaz a diferencia del de Scott que le costó la vida y la de parte de su equipo por la falta de alimentación.

Sin embargo Scott desarrolló un despliegue de medios para lograr datos científicos mientras desarrollaba la expedición, que no le permitieron centrarse en el objetivo de alcanzar el objetivo.

La muerte de Scott en la expedición hizo que se magnificara su figura a pesar de no haber llegado primero. Con los años, se ha ido analizando con más detenimiento su papel como explorador.
En enero de este año, un grupo de aventureros, inspirados por la nieta de Shackleton hicieron el viaje de rescate realizado hace 100 años utilizando medios similares a los de entonces.

Lo interesante de esta gesta es que no se imitara el alcanzar un determinado lugar, sino el conocer el esfuerzo que tuvieron que hacer un grupo de exploradores para rescatar a todo el equipo.

Desde este punto de vista, el objetivo de la aventura no es tanto alcanzar una meta, sino mantener también la unidad del equipo con el que desarrollamos el proyecto emprendido.
Éste es el espíritu de aventura inspirado por Shackleton. Priorizar y dar más importancia a cómo se encuentra las personas que forman el equipo por encima de tener que alcanzar el objetivo planificado.


En estos meses de verano, cuando hagamos alguna excursión y nos encontremos con alguna dificultad, pensemos que es una oportunidad para ejercer el liderazgo centrado en las personas.

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