El verano es un momento propicio para la
aventura. Cuando nos vamos de vacaciones a otros sitios, ya sea una ciudad
distinta, el mar o la montaña, nos encontramos ante un entorno que tenemos que
descubrir.
En nuestro recuerdo como niños nos quedan los
relatos de aquellos grandes exploradores que se adentraron en el corazón de
África buscando las fuentes del Nilo, Livingston y Stanley.
También, la carrera entre Amundsen y Scott
por alcanzar el polo sur en el año 1911. Nos quedamos con la anécdota de la
utilización de perros de nieve por Amundsen que le permitió llegar primero.
Shackleton fue el tercer explorador en
discordia por la lucha del polo sur, pero no
participó en la competición directa de diciembre de 1911. En el año 1914
emprendió el reto de atravesar el polo sur de costa a costa.
En los ámbito empresariales, Shackleton es
conocido por el anuncio que se le atribuye publicó para captar a la tripulación
y miembros de su equipo al que contestaron más de 5.000 personas.
“Se buscan hombres para viaje peligroso.
Sueldo bajo. Largos meses de completa oscuridad. Peligro constante. No se
asegura retorno con vida. Honor y reconocimiento en caso de éxito”.
Esta expedición tras-antártica acabo durando
casi dos años debido a la rotura del barco con el hielo que supuso el tener que
llevar a cabo una lucha por la supervivencia al desplazarse a la deriva el
bloque de hielo en el que se atascaron.
Esta deriva llevó a Shackleton a tener que
realizar un viaje de 1.300 kilómetros en una balsa de salvamento de 7 metros de
eslora en uno de los mares más peligrosos que existen para alcanzar una
estación ballenera.
Esta capacidad que tuvo Shackleton para salir
de una situación tan adversa, como también ya lo hizo cuando alcanzó la máxima
latitud alcanzada en el año 1909, le ha supuesto ser un modelo de líder que es
capaz de cuidar de su equipo.
Distintos autores e instituciones le han
puesto como ejemplo empresarial por su liderazgo enfocado en las personas y su
capacidad para dirigir equipos en situaciones adversas.
En la carrera para llegar al polo sur,
Amundsen fue el ganador por el uso de una estrategia y tácticas que le
propiciaron el poder realizar el viaje más rápido y con las provisiones
suficientes.
Utilizó un equipo más ligero (5 hombre frente
a 16) utilizando los perros de nieve y los esquís como método de transporte,
mientras que Scott utilizó caballos y marcha a pie sobre la nieve.
Además, Admunsen estableció un sistema de
aprovisionamiento en la ruta más eficaz a diferencia del de Scott que le costó
la vida y la de parte de su equipo por la falta de alimentación.
Sin embargo Scott desarrolló un despliegue de
medios para lograr datos científicos mientras desarrollaba la expedición, que
no le permitieron centrarse en el objetivo de alcanzar el objetivo.
La muerte de Scott en la expedición hizo que
se magnificara su figura a pesar de no haber llegado primero. Con los años, se
ha ido analizando con más detenimiento su papel como explorador.
En enero de este año, un grupo de
aventureros, inspirados por la nieta de Shackleton hicieron el viaje de rescate
realizado hace 100 años utilizando medios similares a los de entonces.
Lo interesante de esta gesta es que no se
imitara el alcanzar un determinado lugar, sino el conocer el esfuerzo que
tuvieron que hacer un grupo de exploradores para rescatar a todo el equipo.
Desde este punto de vista, el objetivo de la
aventura no es tanto alcanzar una meta, sino mantener también la unidad del
equipo con el que desarrollamos el proyecto emprendido.
Éste es el espíritu de aventura inspirado por
Shackleton. Priorizar y dar más importancia a cómo se encuentra las personas
que forman el equipo por encima de tener que alcanzar el objetivo planificado.
En estos meses de verano, cuando hagamos
alguna excursión y nos encontremos con alguna dificultad, pensemos que es una
oportunidad para ejercer el liderazgo centrado en las personas.
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